A
pesar que hay 18 mil niños del Perú inscritos en el programa Vaso de Leche que
esperan su turno para recibir una ración de desayuno, tan solo en el distrito
de Laredo, en La Libertad, 8 mil soles en presupuesto del programa
desaparecieron a manos de beneficiarios fantasmas. Tal vez no suene como una
gran cifra comparada al presupuesto nacional que es de 363 millones de soles; sin embargo, consideremos
que el departamento norteño alberga a los distritos más pobres del país, con
tasas de 99.7% de pobreza.
Tres
de los clubes presentes en Laredo fueron clausurados por incumplimiento de las
normativas, inscripción de beneficiarios inexistentes, desaparición de
alimentos, entre varias otras razones que denigran la participación de estos
clubes presentes en los 1834 municipios del país; provinciales y distritales.
Una
de las denuncias que más llamó la atención fue hecha por El Comercio edición
Trujillo. En febrero de 2015, fueron encontradas cucarachas en el centro de
distribución de leche fresca del Consorcio Island. Además, se comprobó que el
local era compartido con una cochera de mototaxis, lo que generaba olor a
combustible. Recientemente, el diario La Industria evidenció irregularidades en
los clubes: Club de Madres San José Obrero, Club de Madres Unidas en Amor y el
club Manos Unidas por las razones expuestas con anterioridad.
Al
conocerse la sanción, la representante del club Manos Unidas, Carmen Salvador
García, declaró que hay quienes no van a recoger su ración, por tal razón se
quedan sin desayuno. No obstante, se comprobó que existían inscritos, hasta en
dos clubes, que recibían doble ración.
Cual
fuese la verdadera razón de cometido, debe existir una investigación profunda
para comprobar el destinatario de los fondos porque, bien sabemos, el
presupuesto es dinero provisto por el Estado, de los bolsillos de cada peruano
que paga impuestos para el desarrollo de nuestra nación.
Un
vaso de leche que se le es privado a un niño de escasos recursos es un desayuno lleno de vitaminas, zinc, calcio y
hierro que se necesita después de varias horas sin haber ingerido alimentos.
Eso quiere decir, los niños sin acceso al programa cumplen sus labores diarias,
realizan actividades físicas y mentales sin las condiciones que requiere el
organismo para estar saludable. Son más niños que no rinden adecuadamente. Son
otra generación más del Perú que nos suma en la miseria, no solo por la
presencia de los pequeños mal alimentados, sino también por el comité
involucrado que tiene la osadía de apoderarse sin reparos de fondos y
mercadería para su beneficio propio.
No
se sabe quién debe asumir la culpa: si los representantes de los clubes o
exautoridades que gestionaron su labor durante las denuncias. Estaría demás
decir que el optimismo no viene al caso
de esperar una sanción por mea culpa. Un proceso legal en nuestro país puede
tardar años, inclusive llega al archivamiento si no es de interés jurídico o se
tiene comprado el silencio de las autoridades.
A
los niños que se les abstiene de participar en el proyecto por infracción de
los acusados no les queda más que mirar hacia arriba espantados por el gran
brabucón que les arrebata el dinero de sus comidas. Esperemos que la situación
no sea un caso más del montón que son ignorados. Los niños aún tienen hambre.
Muy buen artículo.
ResponderEliminarMe gustaría ser parte del cambio y aportar para que haya un cambio.
ResponderEliminarTodos juntos podemos hacer el cambio y las autoridades deben fomentar ello.
ResponderEliminarMucho ojo también con los clubes de madre, autoridades pongan atención!
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